En Irlanda la crisis económica se transformó ayer en una crisis política. El primer ministro, Brian Cowen, anunció que disolverá el Parlamento a principios del próximo año, después de que los presupuestos sean aprobados el 7 de diciembre y quede establecida la legislación necesaria para su aplicación. Hasta que esto no ocurra, no se irá. De manera que a la oposición, según la estrategia de Cowen, le conviene aprobar sin dilaciones los presupuestos.

Los verdes, que forman parte del Gobierno de coalición desde junio del 2007, habían anunciado horas antes su salida del gabinete. El líder, John Gormley, pidió la celebración de elecciones "para la segunda mitad de enero del 2011".

La propuesta de los verdes se presenta como la más factible. De esta forma habría margen suficiente para finalizar discusiones y acuerdos sobre las condiciones del plan de ayuda internacional. El Reino Unido, pero no está en el euro, va a contribuir con una ayuda de 7.000 millones de libras esterlinas (8.000 millones de euros). La Comisión exigió ayer a Irlanda que suba los impuestos.