DIRECTOR GENERAL DE CAJA RURAL DE EXTREMADURA

TLta honda crisis económico-financiera que comienza en 2007 y aún perdura, no ha dejado indiferente a ningún agente económico. Las empresas, los Gobiernos y las Familias han visto radicalmente alterada su estabilidad patrimonial. Y esto se ha evidenciado de muchas maneras, y entre otras cambiando los patrones de gasto y ahorro. En la fase alcista del ciclo, en plena burbuja económica, con unas condiciones financieras muy holgadas y una falsa sensación de riqueza, las familias españolas se lanzaron a un desaforado consumo que implicaba un endeudamiento excesivo, cayendo la tasa de ahorro a niveles mínimos, sobre el 10 %.

Aunque en determinados ámbitos se expresaba la preocupación por el bajo ahorro de las familias, lo cierto es que en épocas de prosperidad el ahorro suele disminuir y viceversa. Reflejando las expectativas de renta futura de los agentes.

Sin embargo, en plena crisis, actualmente muchas incertidumbres se ciernen sobre las familias y entre ellas la temida amenaza del desempleo, provocando un cambio radical de valores y haciendo que la tasa de ahorro bruto se dispare pasando del 10% en 2007 a un 16% en 2009.

Una vez más constatamos como las crisis se constituyen en periodos álgidos para el ahorro. De repente todos hemos sido conscientes del exceso de apalancamiento y hemos decidido dedicar gran parte de la renta disponible al ahorro. Excepción hecha, claro está, de aquellas familias con todos sus miembros en paro.

Aunque este cambio nos hará reequilibrar nuestra situación, inevitablemente se da la paradoja de que si el ahorro familiar es relativamente elevado, el gasto de consumo se mueve a la inversa. Afectando a la actividad económica, a la formación bruta de capital, y retrasa la ansiada recuperación. Este es el círculo vicioso que de alguna manera deberemos interrumpir.

Formas de ahorrar y oferta de productos financieros. El cambio de coyuntura afecta claramente a las pautas de comportamiento de los hogares, y sus preferencias para colocar sus ahorros. En los finales de los 90, y principios del nuevo siglo los inversores empezaron a preferir ciertos productos de riesgo, colocándose directamente en valores de renta variable, o bien en productos más o menos sofisticados y fondos que manejaban activamente el binomio rentabilidad-riesgo.

Pero la referida crisis provoca la caída de los mercados financieros y bursátiles, ocasionando un trasvase de fondos desde productos de riesgo a depósitos bancarios y activos de deuda pública. Fue la llamada "huida hacia la calidad". Los riesgos asumidos se concretaron y las pérdidas patrimoniales produjeron una sobrevaloración de la seguridad sacrificando rentabilidades. El Gobierno coadyuvó a la sensación de activos seguros cuando extendió la protección de los depósitos hasta los 100.000 euros por persona y entidad.

En el momento actual, después de dos años duros, apreciamos que el trasvase se ha frenado. La estabilización de los mercados financieros ha aliviado la aversión al riesgo que todo shok financiero produce.

Según Inverco el inversor español empieza de nuevo a diversificar, y ahora lo hace de modo más racional, volviendo a incrementarse el número de partícipes en Fondos activos internacionales (por ejemplo).

Aunque se sigue apreciando el perfil conservador del ahorrador español, así el 78 % del patrimonio de los Fondos españoles está invertido con poco o ningún riesgo: monetarios, renta fija a corto plazo, renta fija a largo plazo, garantizados, etcétera. Además contamos con los depósitos bancarios que a finales de 2008 suponían 789.000 millones de euros( según Banco de España).

Pero insisto en la observación de que la recuperación y normalización de los mercados está modificando ligeramente el comportamiento del ahorrador español.

Oferta de productos y precauciones. Las convulsiones de los mercados y la materialización de las pérdidas, más o menos esperadas, han revelado el desconocimiento de los inversores sobre muchos de los productos que tenían contratados.

Los reguladores han tomado buena nota, y han puesto coto a la falta de transparencia de algunos actores. Así la nueva Ley de Mercado de Valores, o la normativa derivada de MiFID, pretenden proteger a los inversotes y conseguir la idoneidad y adecuación de cada producto comercializado con las expectativas y conocimiento de cada cliente ahorrador/inversor.

Actualmente la oferta es muy amplia, y antes que contratar debemos despejar todas las dudas a cerca del producto en cuestión. Teniendo claro cuestiones como plazo, revisión de condiciones, comisiones, retribución fija o indexada, y riesgos incurridos en su caso.

Para lograr una relación eficiente es importante la confianza depositada en la entidad financiera que mejor nos conoce como clientes.

No sólo en los últimos días sino vaticino que 2010 seguirá igual, con multitud de ofertas en depósitos que ofrecen rentabilidades TAE´s muy atractivas en torno al 4% o 5%, en plazos relativamente cortos.

Antes hemos citado como atractivos los Fondos que invierten en valores extranjeros (de países emergentes) y que manejan prudencialmente objetivos de rentabilidad a medio plazo entre el 6% y 8%.

También en la Unión Europea se descuenta que el inicio de la recuperación vendrá acompañado de coyunturas alcistas en los mercados bursátiles que pueden ser aprovechadas.

Pienso que el año próximo volveremos a hablar de "banca privada" y se impondrá la gestión activa de carteras con una correcta diversificación: depósitos, renta fija privada y pública y combinaciones de valores grandes y pequeños.

Pero siempre con la lección bien aprendida y conscientes del manejo prudente de rentabilidad, riesgo y liquidez.

En Caja Rural de Extremadura hemos preparado una amplia gama de productos de ahorro para el final de ejercicio, sinceramente muy atractivos que ligan remuneración con fidelidad y grado de vinculación del cliente.

Variados Fondos de Inversión que vuelven a estar entre los percentiles altos de los ranking, y sin olvidarnos del ahorro a largo plazo mediante los Planes de Pensiones que debido a razones estructurales de la economía española se revelan de importancia vital.

Hemos de decir que nuestros distintos Planes y Fondos de Pensiones han tenido un excelente comportamiento en 2009, por encima de la media del sector tanto en renta fija, como los de variable y mixtos han alcanzado en algunos casos rentabilidades de dos dígitos.

Pero sobre todo nuestra manera de hacer banca nos lleva a ofrecer productos claramente entendibles, sin letra pequeña que suponga quebraderos de cabeza futuros.

Crisis, fortaleza y/o debilidad bancaria. No se puede generalizar, en términos medios es obvio que nuestra industria financiera tiene suficiencia de capital ( mejor que el resto de Europa) y provisiones para terminar sobreviviendo a un ciclo depresivo tan duro como éste. Ahora bien, es evidente que hay dispersión de entidades en torno a la media. No es descartable que alguna entidad necesite un plan especial de fortalecimiento. Para ello se ha constituido el FROB.

En nuestro caso, CR de Extremadura estamos superando la crisis con unos parámetros de gestión ciertamente envidiables, pero expresamos una honda preocupación por la falta de actividad económica en España, de modo que si la senda del crecimiento tarda en encontrarse, pudiéramos entrar en una fase de agudo estrés con resultados insospechados.

Afortunadamente parece que los expertos vaticinan el segundo semestre 2010 como inicio de crecimiento leve.

Reestructuración del sector ¿fusiones? En estos términos sólo se puede hacer un análisis serio si es generalista, pues es evidente la necesidad de una reestructuración que simplifique la oferta y fortalezca a las entidades.

Igualmente podemos decir de la conveniencia de dotar de dimensión crítica al subsector financiero extremeño, etcétera. Pero opinar directamente sobre la fusión, o no, de entidades concretas es mejor no hacerlo si no se conoce profundamente la naturaleza de ellas.

En este caso es mejor callar y esperar que los profesionales competentes opten por la alternativa más acertada.