Se acusó al Gobierno del PP de hablar mucho de reforma económica y hacer muy poca. La situación de los astilleros refleja esa distancia entre palabras y hechos. Esto no excusa al actual de la obligación de hacer los deberes. Y el caso de los astilleros no ofrece muchas dudas: ni aquí hay ventajas comparativas ni es un sector punta. La reforma se impone; lo contrario será una larga agonía. Mejor dedicar tiempo y esfuerzo a buscar alternativas para los afectados que mantener posiciones numantinas que obligarían a soluciones aún más traumáticas en el futuro.

*Catedrático de Economía.