El Gobierno dio ayer un golpe de timón impensable hace tres días cuando el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, debatió con la comisión del Pacto de Toledo la reforma del sistema de pensiones. Con el anuncio de que aprobará el proyecto de ley el próximo 28 de enero --un año después de haber presentado el documento de sugerencias a la comisión--, José Luis Rodríguez Zapatero cumplió con su promesa del pasado sábado ante los 37 empresarios y banqueros de "adelantar" algo los plazos. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo ha dejado en evidencia a Gómez, que fijó los meses de enero y febrero para debatir la reforma con los agentes sociales.

En medios gubernamentales se destacaba ayer que el pasado miércoles el titular de Trabajo "nadó y guardó la ropa", es decir, se mantuvo en un equilibrio entre sus compromisos y los de la mayoria del PSOE con la llamada agenda social, sus deseos de diálogo social y las presiones por parte de los mercados. El tema de las pensiones estaba "en el ojo del huracán", indicaron las mismas fuentes.

"DAR CONFIANZA" Como confirmación de estos comentarios, la vicepresidenta económica Elena Salgado afirmó en la rueda de prensa celebrada después del Consejo de Ministros que la medida busca "dar confianza". Pero más claro fue todavía el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba.

"A juicio del Gobierno el tiempo ya ha terminado. Llevamos meses discutiendo, meses hablando y creemos que es muy bueno fijar una fecha para que todo el mundo sepa a qué atenerse", subrayó el portavoz del Gobierno. No obstante, también destacó que el Ejecutivo no "renuncia al acuerdo" y que trabajará "intensamente" para lograrlo.

El punto que separa al Gobierno de toda la oposición, incluso de sus aliados habituales CiU y PNV, es el retraso de la edad de jubilación de los 65 años actuales a los 67 años. La retirada de la propuesta supondría el acuerdo casi instantáneo. Sin embargo, el Ejecutivo aún no ha decidido si esta cuestión figurará en el proyecto de ley. Gómez mantiene su idea de dialogar en enero con los agentes sociales pero a un ritmo más "acelerado".

REPROCHES Fuentes parlamentarias indicaron que la decisión del Ejecutivo da "argumentos formales" a quienes buscan cualquier excusa para descolgarse de un posible pacto. Le reprocharon que no haya sabido "lidiar mejor" con las presiones y no haya buscado otras medidas que tengan el mismo efecto que posponer la jubilación.

A finales de diciembre, la comisión del Pacto de Toledo entregará sus recomendaciones entre las que posiblemente tampoco figure el polémico punto.

Partidos y sindicatos reaccionaron con sorpresa al anuncio y, como manifestó el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, reclamaron el "máximo consenso" para la reforma del sistema de pensiones.