El Gobierno británico anunció hoy una inversión de 25 millones de libras esterlinas (unos 30 millones de euros al cambio actual) en un programa de pruebas para estudiar la viabilidad del coche eléctrico, con el fin de reducir las emisiones de CO2 del sector del transporte.

Esta partida presupuestaria se distribuirá entre ocho consorcios, formados en su mayor parte por fabricantes de automóviles, suministradores de energía y universidades, según indicaron el ministro de Ciencia, Paul Drayson, y el secretario de Transportes, Andrew Adonis.

Adonis, quien se puso al volante de una versión eléctrica del Smart, apuntó que el objetivo del proyecto es que los coches con muy bajas emisiones sean lo más frecuente posible en las carreteras británicas, en un plazo de cinco años.