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Casi al mismo tiempo en que hoy se producirá la votación definitiva de la reforma laboral en el Congreso de los Diputados dará comienzo en el Palacio de Vistalegre de Madrid un macroacto sindical para calentar los preparativos de la huelga general del 29 de septiembre.

Con esta ley el Gobierno busca incentivar la contratación y reducir la brecha entre fijos y temporales y para ello opta por reformar el despido de los trabajadores estables para reducir su coste a los empresarios.

Se puede decir que la reforma ya está sentenciada. Hoy ya no hay que votar el conjunto de la ley, que ya ha recibido el respaldo del Congreso y del Senado en sendas votaciones en julio y agosto en las que el PSOE ha sacado adelante la reforma con la abstención de PP, CiU y PNV y el voto en contra de las formaciones de izquierda.

Lo que el Congreso vota hoy son los cambios introducidos en el Senado a finales de agosto, algunos de los cuales suponen un endurecimiento mayor de la reforma. Por iniciativa del PNV --y con el apoyo de CiU y PP-- el Senado aprobó facilitar el absentismo laboral como causa de despido objetivo (con un coste de 20 días por año trabajado).

RECTIFICACION También se puso como condición para obligar a convertir en fijo a un trabajador contratado por obra y servicio que este haya realizado "idéntica actividad y en el mismo puesto de trabajo" por un plazo superior a tres años (ampliable a cuatro por convenio). De vuelta al Congreso, el grupo socialista contará hoy con los votos de IU y de ERC para, al menos, rectificar este mayor endurecimiento de la ley.

Aunque estos grupos rechazan la reforma del Gobierno y apoyan la huelga general, prestarán su voto al PSOE para dar marcha atrás en estos cambios y"para evitar que el texto sea aún más reaccionario", en expresión del diputado de ERC Joan Tardá.

Así, con los previsibles votos de la izquierda, la ley quedará hoy de modo que un trabajador podrá ser despedido por faltas de asistencia "que alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de 12 meses", tal como ya establece el Estatuto de los trabajadores. Pero con una condición: "siempre que el índice de absentismo total de la plantilla del centro de trabajo supera el 2,5% en los mismos periodos de tiempo".

Además, con los votos de PSOE y de la izquierda, el texto volverá a su estado inicial, de modo que un contratado por obra y servicio se convertirá de forma automática en fijo después de tres años en la misma empresa (ampliables a 4 por convenio), aunque haya ocupado diferentes puestos o tareas.

Previsiblemente, otras modificaciones introducidas en el Senado sí saldrán adelante hoy en el Congreso. Es el caso de la limitación de 100 a 30 días del periodo de gracia en el que un parado puede rechazar una oferta de los servicios públicos de empleo para realizar un curso de formación sin ser sancionado con retiradas en su prestación por desempleo. También es previsible que salga adelante un paquete de enmiendas del Senado impulsadas por el grupo socialista para dotar de mayores garantías a las empresas de trabajo temporal y agencias de ocupación.