Repsol obtuvo en el primer trimestre de este año un beneficio neto de 434 millones de euros, con un descenso del 42%. Además de los efectos del descenso del barril de petróleo, la caída se debe también a que durante el mismo periodo del año pasado obtuvo un resultado financiero extraordinario de 500 millones, que destinó a la compra de la canadiense Talisman. La buena evolución del negocio químico y del refino amortiguó en parte el desplome del crudo y del gas.

El beneficio neto ajustado, es decir excluyendo los resultados no recurrentes, fue de 572 millones, el 38% menos. En todo caso, la compañía logró mejoras en la evolución de todos los negocios, incluida la exploración y la producción, gracias a "las medidas de eficiencia y ahorro" que se pusieron en marcha, según el grupo.

Gracias a ello, el resultado de explotación se elevó a 1.242 millones, con un alza del 6% con respecto a 12 meses atrás. En el área de exploración y producción el resultado fue de 17 millones frente a las pérdidas de 190 millones del primer trimestre del año pasado. Y todo ello a pesar de que los precios medios del crudo Brent, el de referencia en Europa, llegaron a cotizar a los niveles mínimos en 12 años y se movieron en una media el 37% por debajo de un año atrás.

MENOR APORTACIÓN DE GAS NATURAL

La buena evolución de los ámbitos de refino y química hicieron que los resultados en 'downstream' fueran de 556 millones, el 4,1% más. Gas Natural, de la que Repsol es el segundo accionista tras La Caixa, redujo casi el 19% su aportación a las cuentas del grupo, hasta los 99 millones también por los efectos del desplome de las materias primas y un invierno más benigno que en otros ejercicios en el hemisferio norte.

La deuda neta del grupo, 11.978 millones, se mantuvo estable durante el periodo. La liquidez cubre dos veces los vencimientos de deuda a corto plazo.

La compañía puso en marcha cambios organizativos para maximizar la compra de la canadiense Talisman. La compañía cerró el año pasado con pérdidas de 1.227 millones tras provisonar 2.957 millones por la pérdida de valor de los activos y redujo en un 40% el dividendo complementario.

Gracias a estas decisiones, las tres grandes agencias de calificación de riesgos mantuvieron la nota de solvencia de la compañía.