Irlanda se convierte ese domingo en el segundo país, después de Grecia, en solicitar el rescate de su deuda pública. El domingo siguiente, la UE aprueba un plan de rescate de Irlanda por 85.000 millones de euros. Algunos de sus bancos habían pasado el test de estrés y la desconfianza se extendió a la banca española por su exposición al ladrillo. El tipo de interés de la deuda pública española a 10 años superó el 5%, frente al 4% de octubre.