El mensaje que el presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, lanzó ayer en su comparecencia ante la Cámara de Representantes no fue muy alentador. Ben Bernanke afirmó que las suspensiones de pagos y ejecuciones de hipotecas seguirán aumentando a medida que los compradores se enfrenten a los reajustes de las tasas de interés, como viene ocurriendo desde que estalló la crisis de los créditos de alto riesgo.

Bernanke reconoció que esta crisis ha creado un "significativo estrés" en el mercado. "Las pérdidas del sector financiero han excedido las estimaciones más pesimistas en este tipo de créditos", explicó.

Junto a Bernanke comparecieron el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el secretario de Vivienda, Alphonso Jackson. Este último estimó que de los dos millones de préstamos hipotecarios cuyos intereses se revisarán este año, unos 500.000 derivarán en suspensiones de pagos.

OTROS EFECTOS El presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, admitió que la contracción de crédito afectará a sus resultados. Reconoció que su banco "también cometió errores en esta crisis". El banco alemán tendrá que revaluar 29.000 millones de euros de compromisos de crédito para grandes adquisiciones. Ackermann no dijo cuánto le costará la crisis, pero advirtió de que el banco no podrá contratar, como tenía previsto, a 4.000 personas.