La actividad de las empresas, su creación de empleo y sus resultados sufren un severo proceso de desaceleración que se ha prolongado e intensificado en lo que va del 2019. Esta es la principal conclusión de la estadística empresarial de la central de balances anual (para el 2018) y trimestral (hasta septiembre del 2019) que ha publicado este viernes el Banco de España.

Según los datos de esta doble estadística, el valor añadido bruto (VAB) de las empresas españolas creció el 4,5% en el 2018, pero apenas lo ha hecho el 0,5% en los nueve primeros meses del año. La creación de empleo ha pasado del 4,4% al 0,6%, en un contexto en el que los salarios medios han experimentado un cierto repunte. El resultado final, que en el 2018 creció nada menos que el 43,8% impulsado por ingresos y gastos atípicos, se ha hundido el 44,5% en lo que va del 2019 ante la ausencia de aquellos empujes extraordinario.

PRIMER RETROCESO EN SIETE AÑOS

La evolución del llamado resultado ordinario neto (RON) puede ofrecer una imagen más estable (al excluir buena parte de las movimientos atípicos de las empresas), y este ha pasado de crecer el 5,4% en el conjunto del 2018 a caer el 1% hasta septiembre del 2019. Es el primer descenso que se produce en el resultado ordinario de las empresas desde el 2012, hace siete años.

A todo este panorama se suma un empeoramiento de los ratios de rentabilidad (en el 28% de los casos es negativa) y un repunte del endeudamiento, que ha abandonado la senda de ajuste emprendida tras el estallido de la crisis. El nivel de endeudamiento se sitúa en el 43% del activo neto a finales de septiembre un punto por encima de la tasa del mismo periodo del año anterior. Con todo, la carga financiera sigue bajando, favorecida por los menores tipos de interés.

DOBLE ESTADÍSTICA

La estadística de la central de balances que realiza el Banco de España se construye a partir de los datos aportados por más de medio millón de empresas en el caso del informe anual del 2018 y de 957 compañías, para la serie trimestral del 2019. En la práctica, la muestra de la serie trimestral está sesgada a favor de la gran empresa y del sector industrial.

Los datos trimestrales sobre el 2018 (a partir de una muestra menor) habían apuntado en la dirección de un aumento del beneficio empresarial 102,6% en el 2018 como consecuencia de los citados resultados extraordinarios. Ahora, la estadística anual (sobre una muestra de 537.923 empresas) confirma un fuerte crecimiento de los resultados en el 2018, pero lo rebaja al 43,8%

EMPLEO Y SALARIOS

Según los nuevos datos aportados por el Banco de España este viernes, los gastos de personal crecieron el 5,7% en el 2018, por la combinación de un aumento del 1,3% de la remuneración media y de un incremento del 4,4% en el empleo. En lo que va del 2019, los gastos de personal han subido el 2,9%, como consecuencia de un menor crecimiento de las plantillas (0,6%) pero un salario medio acelerado (2,2%).

En ambos períodos, el crecimiento del empleo se vio impulsado principalmente por el avance de la contratación de personal fijo (del 4,9 % y del 1,1 %, respectivamente), rompiéndose la tendencia que venía registrándose hasta 2017, según la cual el empleo temporal era el que experimentaba los aumentos más intensos.

Con todo, cada vez es menor el porcentaje de empresas que crean empleo, hasta caer al 48,9% en lo que va del 2019 (2,8 puntos menos que en igual periodo del año anterior)

EMPRESAS MÁS RESISTENTES

En su informe, el Banco de España estudia el grado de vulnerabilidad financiera del sector empresarial español y su sensibilidad ante un hipotético deterioro del escenario macrofinanciero.

En particular realiza una simulación sobre cómo presionarían los gastos financieros de las empresas más vulnerables sobre su deuda y su empleo en el caso de una determinada caída de los beneficios durante dos años o de una subida de los tipos de interés de 0,25 puntos en cada uno de esos ejercicios.

La conclusión la vulnerabilidad de las empresas se vería afectada en un contexto de empeoramiento del panorama macroeconómico, si bien el deterioro parece más reducido que el que se produciría al aplicar el mismo escenario adverso sobre la muestra del 2008.

Esto sería coherente con el hecho de que, principalmente gracias al intenso proceso de desapalancamiento que las empresas españolas han acometido en los últimos años, estas serían en la actualidad menos sensibles que en 2008 a un deterioro del entorno macrofinanciero. No obstante, en la actualidad, el margen para aliviar los efectos negativos de un posible 'shock' adverso a través de la reducción de los tipos de interés es, posiblemente, más limitado que durante la última recesión, dado que estos ya se encuentran en niveles muy reducidos.