Los mercados bursátiles reaccionaron ayer con fuertes caídas ante el recrudecimiento de los problemas en el sector financiero internacional. El selectivo español Ibex 35 fue uno de los más castigados de entre los grandes indicadores europeos (3,03%). Las ordenes de venta colapsaron los parquets del continente debido al descalabro de la apertura de Wall Street, provocado por los rumores de que las dos mayores hipotecarias del país van a ser intervenidas.

Con las bolsas europeas ya cerradas, el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, negó en un comunicado que la Administración tuviese intención de colocar a Fannie Mae y Freddie Mac bajo su tutela y de asumir sus pérdidas. Las acciones de las compañías, que representan el 40% del mercado hipotecario estadounidense (7,5 billones de euros), reaccionaron con caídas de más del 20% (al comienzo de la sesión llegaron a perder el 50%) y arrastraron al resto del mercado (el Dow Jones bajó más del 2%).

"Nuestro objetivo es respaldar a Fannie Mae y Freddie Mac en su estado actual mientras llevan adelante su importante misión", subrayó Paulson. El Ejecutivo de George Bush quiere que las dos firmas sobrevivan en su configuración actual: empresas de respaldo estatal al crédito hipotecario, creadas por el Congreso pero que cotizan en bolsa.

Las consecuencias de la crisis de las dos compañías son planetarias. Para muestra, un botón: Rusia tiene invertida la quinta parte de sus reservas de oro y divisas en las obligaciones de las dos agencias inmobiliarias, que han perdido casi el 70% de su valor en lo que va de año.

BANCO DANES Las malas noticias no se limitaron a Estados Unidos. Dinamarca, el primer país europeo que ha caído en recesión debido al derrumbe inmobiliario, se ha visto obligada a rescatar una entidad financiera de tamaño mediano acuciada por los problemas de liquidez y la depreciación de sus activos.

El Banco Central danés y la patronal bancaria del país han facilitado al Roskilde Bank un aval de 100 millones de euros para hacer frente a las pérdidas. Los administradores del banco admitieron que la única opción es su venta parcial o total, que esperan cerrar en seis meses.