La retención a cuenta del impuesto sobre la renta (IRPF) que se practica sobre las nóminas de los trabajadores bajará a partir de enero. El Consejo de Ministros aprobó ayer el nuevo reglamento del IRPF, adaptado a la reforma de la ley del impuesto que entra en vigor el día 1. Esa reforma supondrá una rebaja media del IRPF en torno al 6% para el conjunto de los contribuyentes y un ahorro de unos 2.000 millones de euros. La mayor parte de este ahorro se notará en el 2007, con una reducción media de las retenciones del 4,6%. El resto se percibirá al presentar la siguiente declaración, en el 2008.

La retención, cuyos porcentajes oscilan entre el 0% y el 43%, no es aplicable a las rentas exentas y determinados salarios bajos, cuya cuantía se fija en el reglamento (hasta 15.860 euros brutos al año para contribuyentes con cónyuge que no obtenga rentas superiores a 1.500 euros y tenga dos hijos o más).

El máximo de retención del 43% se aplicará a la parte del salario que exceda de los 52.360 euros al año. En el modelo actual, el tipo máximo es del 45%.

Es difícil que cada contribuyente calcule, a priori, cuál será su nueva retención, pues casi equivale a hacer una declaración de la renta. Hasta 1998 bastaba con conocer el salario bruto para hallar la retención.

COMPLEJIDAD Luego, el sistema cambió y se hizo más complejo y dinámico. El objetivo era reducir las devoluciones que cada año reclamaban los contribuyentes. Aunque la devolución media ha bajado, aún no se ha evitado que tres de cada cuatro declaraciones resulten a devolver.

Orientarse sobre el cálculo del porcentaje exige a las empresas hacer una mini declaración de la renta de cada empleado, con el riesgo de ser sancionadas si se equivocan. La complejidad subirá con el nuevo reglamento.

Con la ley, los rendimientos de capital tendrán una retención del 18%, tres puntos más que ahora. Además, se introduce una nueva retención del 1% para los autónomos que tributan por módulos por los trabajos facturados a otros empresarios.