Las posibilidades de que se materialice una oferta de compra por Iberia son cada día más remotas. Y el mercado no ha dudado en penalizarlo. Las acciones de la aerolínea se han desplomado un 13,6%, de los 3,55 a los 3,05 euros, desde que Caja Madrid proclamase su idea de controlar la compañía.

Ayer mismo, los títulos se dejaron el 2,87%. Horas antes, los principales contendientes, el fondo estadounidense TPG y British Airways, habían anunciado que desistían de presentar una opa ante la imposibilidad de que fuera "de consenso" con la entidad de ahorro. Con todo, la puja del último año ha dado a la compañía un colchón para absorber parte de la caída.