Los comerciales de los concesionarios de algunas marcas de coches tienen que hacer también de psicólogos. La lista de espera de hasta seis meses en algunos modelos obliga a realizar un esfuerzo adicional para retener a los clientes que se ven afectados por el cuello de botella que sufren algunas fábricas por paradójico que parezca en plena crisis del sector. El resultado es que un buen número de matriculaciones que darían un respiro a las marcas se retrasan.

El aumento de las matriculaciones a nombre de clientes particulares, del 18% en junio y de un 19% en julio, no es una foto que refleje con fidelidad el verdadero aumento de la demanda, puesto que no incluye los modelos sobre los que se ha depositado una paga y señal pero que están en proceso de producción.

El Qashqai de Nissan sigue encabezando la lista de modelos con más atasco productivo. El plazo de entrega es de unos tres meses pero puede llegar a seis en algunas versiones. La explicación hay que buscarla en la demanda, con más de 9.000 unidades vendidas en España en el primer semestre, y en la saturación de la fábrica de Sunderland (Reino Unido), y sobre todo, tras la decisión de la multinacional japonesa de eliminar un turno de trabajo y dejar la planta con dos cuando hubo un recorte de los pedidos por el efecto de la crisis.

En el caso de Seat, los plazos de entrega llegan a dos meses en las versiones más equipadas y hechas a medida de los modelos Ibiza y León, los superventas de la filial española de Volkswagen, según fuentes próximas a la cúpula de la empresa.

El lanzamiento de nuevos modelos suele ir acompañado de listas de espera por el embudo que se produce en la factoría para atender una cifra alta de pedidos y el suministro mínimo de estoc que necesitan los concesionarios. Ese ha sido el caso del nuevo Peugeot 3008, modelo para el que hay que esperar hasta tres meses si se quiere un coche personalizado con extras.

Tanto Peugeot como el resto de marcas afectadas aseguran que se han vuelto mucho más prudentes con la producción para evitar pillarse los dedos de nuevo con un estoc desbordado por una caída brusca de la demanda. "Parece lógico que la producción se ajuste a la demanda después de los problemas vividos en el sector en los últimos meses", asegura un portavoz de la Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Al mismo tiempo, quita hierro a los plazos de espera al asegurar que "cuando se compran muebles, con un contenido tecnológico más bajo que los coches, se reciben hasta dos meses más tarde y no pasa nada". Aunque Anfac asegura que no dispone de una cifra actualizada del estoc acumulado por el sector (que llegó a totalizar 400.000 vehículos), sí confirma una fuerte reducción por la política de las marcas de hacer descuentos y promover la venta de los coches que han estado meses a la espera de comprador.

La máxima ahora es que "no se produce ningún coche que no tenga un cliente", según confirma Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y líder de UGT en la compañía.

RECUPERACION FINANCIERA El recorte del estoc ha dado oxígeno financiero a los concesionarios de algunas marcas. La mejora se traduce en que los concesionarios o marcas que ya han aligerado sus campas atestadas han logrado una media de permanencia en estoc de un mes y medio frente al récord de un año registrado en los peores momentos de la crisis. Pese a las demoras, los fabricantes y los vendedores subrayan que no existe un problema generalizado, en un intento por no ahuyentar a los clientes que se acercan de nuevo a los concesionarios.