No todos los agentes implicados en el negocio aéreo recibieron con el mismo regocijo la noticia sobre la alianza OneWorld. El visto bueno de Estados Unidos "es una patada en los dientes" a los consumidores, afirmó ayer el polifacético presidente de la aerolínea de bajo coste Virgin Atlantic, el británico Richard Branson.

"Millones de viajeros transatlánticos se verán afectados negativamente si la alianza recibe la aprobación final. En mi opinión, este borrador de decisión es una auténtica patada en los dientes para los consumidores, que serán quienes paguen el precio en los próximos años", aseguró el empresario británico sin concretar los argumentos de su enojo. Un portavoz de British Airways defendió que la alianza "beneficiará al consumidor con más opciones de viaje".

El plan aceptado facilitará a las aerolíneas de OneWorld trabajar de manera conjunta, lo que permitirá ofrecer tarifas bajas en más rutas y reducir los tiempos de viaje y conexión. En compensación, la alianza debe renunciar a slots (permisos de vuelo) de aterrizaje y despegue entre el aeropuerto londinense de Heathrow y en aeropuertos de Estados Unidos.