Tras varias semanas de dimes y diretes, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y un grupo de estados productores capitaneados por Rusia -dueto comúnmente conocido como ‘OPEP+’- han acordado recortar la producción de crudo en 10 millones de barriles diarios a partir del 1 de mayo y durante dos meses, una rebaja sin precedentes que equivale a un 10% de la extracción mundial. El pacto, cuya materialización depende de la adhesión de México, intenta frenar el dañino descalabro en el precio del barril provocado por la caída de la demanda tras la aparición de la epidemia de covid-19.

El acuerdo llega tras una jornada de frenéticas negociaciones telemáticas y ha requerido de la intervención de EEUU, cuya producción es muy sensible a los bajos precios debido a sus mayores costes de extracción.