LA AEROLINEA de bajo coste cerró el último ejercicio fiscal con un beneficio neto atribuido de 390,7 millones, lo que supone una caída de un 10,3% respecto al 2007, por los costes extraordinarios del incremento de su participación en Aer Lingus y la subida de las tasas aeroportuarias. Aun así, la facturación creció el 21%.