La agencia de medición de riesgos Standard & Poors ha mantenido hoy en AA, la tercera más alta posible, la calificación de la deuda española a largo plazo debido a las medidas de consolidación fiscal y las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno, ha informado la entidad.

La nota de S&P indica que la perspectiva se mantiene negativa ya que, aunque se espera que España continúe por la senda emprendida, las condiciones económicas y la debilidad financiera continúan afectando negativamente la calificación.

Además, Esta perspectiva negativa contempla la posibilidad de una nueva rebaja si la fortaleza fiscal de España se desvía de los objetivos marcados por el Gobierno, y persiste la "vulnerabilidad financiera" o dificultad para acceder al mercado de crédito.

No obstante, el informe no descarta que la perspectiva pueda cambiar a "estable" si el Gobierno cumple o incluso supera sus previsiones presupuestarias para el 2011 y el 2012.

BUENA CAPACIDAD CREDITICIA

S&P mantiene también sin cambios en A-1 la nota impuesta a la capacidad crediticia a corto plazo.

La calificación de España es el reflejo de una economía moderna y relativamente diversificada, y tiene en cuenta el esfuerzo continuado y el impulso que el Gobierno ha mostrado para hacer frente a los desafíos que se plantean, en especial en lo relativo al control del déficit y las reformas estructurales.

Sin embargo, S&P advierte de que las calificaciones van a sufrir la presión del elevado endeudamiento del sector privado, la falta de competitividad, las dificultades que aún atraviesa el mercado laboral y la debilidad financiera de España en el exterior.

Tras haber calculado una contracción del PIB español del 0,7% en 2010, S&P calcula que este año cambiará la tendencia y estima un crecimiento positivo del 0,7% en el 2011 y del 1,5% en el 2012.

Esta recuperación, prosigue el informe, estará sometida a riesgos significativos, como el creciente apalancamiento, proporción entre deuda y capital propio, del sector privado, así como a las restrictivas políticas fiscales.

LIMITADAS PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO

El informe también menciona las limitadas perspectivas de crecimiento, la elevada tasa de paro, la debilidad del sector financiero y la enorme deuda externa, que S&P sitúa en torno al 78% del PIB en el 2011.

Todo ello convierte a la economía española en muy vulnerable frente a posibles episodios de contracción del crédito, lo que podría afectar también a la recuperación del conjunto del país.

En el 2011, S&P cree que el déficit caerá al 6,3% del PIB, muy cerca del objetivo expresado por el Gobierno del 6%, y se reducirá al 5,1% en el 2012.

La diferencia entre las estimaciones de S&P y las del Gobierno español, explica el informe, obedecen a la pesimista previsión de la agencia sobre el crecimiento económico.

CÁLCULO

Así, la agencia calcula que la deuda del Estado subirá al 61,6% en el 2011 y hasta el 65% en el 2012, desde el 56,2% calculado para el 2010.

Aunque el informe reconoce que el creciente coste que ha tenido que pagar España para financiarse en los últimos meses no es muy relevante, advierte de que puede seguir subiendo.

No obstante, el documento aclara que sus previsiones no han tenido en cuenta la previstas privatizaciones de empresas estatales como AENA o Loterías y Apuestas del Estado ni inyecciones de capital destinadas al sector financiero.

S&P cree que estas ayudas podrían superar el importe inicialmente previsto de 20.000 millones de euros, debido a que las entidades pueden afrontar mayores pérdidas de lo previsto por su exposición al sector inmobiliario y por las necesidades del proceso de reestructuración del sector.

POSICIÓN DEL SECTOR FINANCIERO

En concreto, S&P indica que los 760.000 millones de deuda externa bruta de finales del 2010 deja al sector financiero en una posición muy vulnerable a turbulencias externas.

El informe alaba la reforma de las pensiones, aunque considera que aún es pronto para comprobar sus efectos en el mercado laboral, que es aún demasiado rígido.