Acuciada por una deuda de más de 19.000 millones y la crisis inmobiliaria, Sacyr Vallehermoso confirmó ayer que estudia la venta de algunos activos, incluido el 20,01% de Repsol, de la que es la primera accionista.

Esta comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) disparó la cotización tanto de la constructora presidida por Luis del Rivero, que subió el 9,4%, como de la petrolera, con un alza del 5,1%, y desató todo tipo de especulaciones sobre posibles compradores, entre ellos, petroleras extranjeras.

La constructora se ha resistido siempre a vender su participación en Repsol, compañía que le aportó unos 303 millones de euros en forma de dividendos hasta el 30 de junio, por lo que no se descarta que finalmente opte por deshacerse, en todo o en parte, de otras participadas. Entre estas destacan la inmobiliaria Testa, de la que tiene el 99,2% del capital, la concesionaria Itínere, de la que posee el 90,10% o Valoriza, que integra actividades de gestión de agua, energías alternativas, servicios medioambientales, y gestión de edificios.

El pasado abril ya vendió el 33,32% que tenía en la francesa Eiffage, en la que mantuvo una infructuosa pugna por el control del capital. Obtuvo 1.920 millones de euros y registró pérdidas de 160 millones en gastos financieros por el préstamo que había solicitado para comprar esa participación.

Pese a la revalorización de ayer, la participación de la constructora en Repsol tiene un valor de unos 4.800 millones de euros. Para hacerse con ese paquete accionarial, Sacyr realizó una inversión en el 2006 de 6.500 millones de euros.