La ley de economía sostenible, cuyo anteproyecto aprobó el Consejo de Ministros el viernes, es una oportunidad para abrir un "diálogo con todos", afirmó ayer la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado. Al hablar de "todos", la vicepresidenta se refería tanto a agentes sociales, como a comunidades autónomas, ayuntamientos y partidos políticos, pero el mensaje iba especialmente dirigido al PP, al que invitó a sumarse, "de una manera constructiva", al diálogo de la estrategia económica.

La vicepresidenta negó que la ley sea franquista, como apuntó el PP. "Lo que es franquista es mirar al pasado y no al futuro y eso es lo que ellos hacen constantemente", dijo.

Mariano Rajoy redujo a "otro eslogan y enésimo anuncio" la nueva norma, de la que afirmó que no se la cree y que generará "falsas expectativas" en quien sí lo haga. Y advirtió al Gobierno de que la economía "no se arregla con márketing" y propuso una política de austeridad.

El anteproyecto de ley fue recibido también con escepticismo por otros partidos. CiU consideró que la norma hace "mucho ruido y pocas nueces", mientras que IU lamentó que la apuesta sea la de "generar titulares grandilocuentes" y no impulsar medidas estructurales. De "ley humo" calificó la norma el líder de IU, Cayo Lara, porque a su entender entra en contradicción con el recorte en los presupuestos de la partida de investigación y desarrollo. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, apreció "lagunas de importancia", sobre todo en política industrial.