La sorprendente intervención de la Reserva Federal norteamericana para intervenir la aseguradora AIG y la súbita venta del Halifax Bank of Scotland (HBOS) al Lloyds, con la mediación de Londres, lejos de estabilizar los mercados financieros, han infundido nuevas dosis de desconfianza. La prueba es una nueva caída del 4% de la Bolsa de Nueva York. La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿quién será el siguiente?

Las bolsas europeas, que habían abierto más tranquilas que la víspera, no pudieron digerir la compra de Halifax, que aunque demuestra una buena capacidad de respuesta por parte de la desregulada economía británica, pone de manifiesto que el desfile de entidades con problemas continúa. La Bolsa de Londres cerró con una caída del 2,3%, similar a la española y algo superior a la francesa y la alemana. La apertura muy negativa de Wall Street presionó a la baja a las europeas. En la recta final de la sesión, el Dow Jones intensificó la caída y acabó con 449,36 puntos menos (-4,06%), mientras que el Nasdaq bajó el 4,94%.

Y es que el sistema bancario británico había vuelto a tambalearse. Lloyds TSB, uno de los mayores bancos de Europa, acudió al rescate de Halifax, el mayor grupo hipotecario del país. La operación de salvamento, aún por cerrar, está siendo alentada por el primer ministro, Gordon Brown. Las acciones de HBOS habían perdido desde la quiebra del lunes de Lehman Brothers un 68,7%. La entidad arrastraba graves problemas de refinanciación. El grupo tiene activos por valor de 660.000 millones de libras, con solo 258.000 millones de depósitos de sus clientes.

MIEDO Ayer, cuando la BBC adelantó las negociaciones, las acciones de HBOS llegaron a caer hasta un 50%. El Financial Services Authority (FSA), el organismo que regula la City, emitió un comunicado tranquilizador, mientras los directivos de la entidad confirmaban que las negociaciones se hallaban "en estado avanzado". HBOS aseguraba que los ahorros de sus clientes no corren peligro. Al cierre de la sesión, HBOS había caído un 19%, mientras que Lloyds permaneció invariable. Brown quiere evitar otro Northern Rock, que terminó siendo nacionalizado, después de que durante días los clientes hicieran cola para retirar sus ahorros. El Gobierno ha optado por intervenir con diligencia y está dispuesto a potenciar la estabilidad del sistema financiero, aunque sea a costa de reducir la competencia en el sector. El Ejecutivo podría incluso cambiar la ley para que la adquisición pueda llevarse a cabo.

Acaparará el 30% de las hipotecas de Inglaterra, con una cartera de 422.861 millones, 3.000 sucursales, 30 millones de clientes y 142.0000 empleados.