El Ibex salvó los 13.000 puntos in extremis, tras la avalancha de compras que se produjo a última hora en el sector energético. Concluyó con una caída del 0,44%, hasta los 13.073 puntos, mucho mejor que el resto de plazas europeas, donde la fortaleza del petróleo y del euro se dejaron notar. Los inversores españoles hicieron oídos sordos en los últimos compases de la sesión a las noticias negativas que empañaron las alzas registradas el pasado miércoles. Los analistas no tienen demasiada confianza en el último plan de salvamento del sistema financiero de los bancos centrales y consideran que el mercado es aún bajista.

El grupo de capital riesgo Carlyle contribuyó a extender esta sensación con el anuncio de las dificultades por las que atraviesa su filial relacionada con las hipotecas subprime . Las dudas sobre la liquidez del banco Bear Stearns, que volvió a desplomarse más de un 15%, el impactante dato de desahucios en EEUU, con un 60% de aumento en el 2008, y la brusca caída de las ventas minoristas, que vuelve a insistir en las altas probabilidades de que la principal economía del mundo entre en recesión, sumaron sensaciones negativas entre los inversores.

Solo el sector energético se sobrepuso al afán vendedor con una importante escalada al calor de la reconfiguración del mapa energético español. Gas Natural e Iberdrola subieron más del 2,5%. Repsol YPF cerró con un alza del 1,7%, mientras que Unión Fenosa acabó plana. ACS, uno de los actores claves del proceso, perdió el 1,98% de su valor. EDF subió el 0,22%. En cualquier caso, el mejor de los valores que componen el Ibex fue Ferrovial, con un avance del 5,16%, y en tres sesiones sube el 13% por las buenas noticias que desde Londres le da su filial BAA.

En el polo opuesto, la banca. El Santander cerró con un descenso del 1,79%, aunque durante la sesión llegó a perder más del 3%. El BBVA cedió el 1,11%, mientras que entre los medianos, Banesto fue el peor con un descenso del 2,03%.