El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prevé recibir a los máximos representantes de los agentes sociales a mediados de la semana próxima. La cita con los líderes de la patronal y los sindicatos será, previsiblemente, el jueves si se logran coordinar todas las agendas implicadas, según fuentes conocedoras de la negociación. Y dos movimientos que también tienen fecha son la subida oficial del salario mínimo interprofesional (SMI) a 950 euros y la derogación del despidos por bajas médicas intermitentes; ambos apuntan al Consejo de Ministros del 4 de febrero.

Después del logro político y social que ha supuesto la firma el miércoles del acuerdo para la subida del salario mínimo a 950 euros con la patronal y los sindicatos, Sánchez se dispone a recibir en La Moncloa a los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez; y de CCOO, Unai Sordo; y a los presidentes de la CEOE, Antonio Garamendi; y de Cepyme, Gerardo Cuerva. El objetivo de este encuentro será el de dar el pistoletazo de salida al amplio proceso de dialogo social por el que el Gobierno de coalición quiere encauzar su agenda de reformas. No solo en materia laboral o de pensiones, sino también en materia de industria.

La hoja de ruta del Gobierno de coalición es vertebrar ese diálogo social en dos fases. En la primera, la ministra de Trabajo pretende acometer la derogación de aquellos aspectos de la contrarreforma laboral acordada con el PSOE que permiten un mayor consenso entre patronal y sindicatos. La reforma de la ultraactividad y la prioridad aplicativa del convenio sectorial sobre el de empresa podrían encajar en esa fase. Y, en la segunda, comenzar a abordar aquellos donde el consenso parece más complicado, como la reforma de las condiciones de subcontratación en las empresas.

LA URGENCIA DEL SALARIO MÍNIMO

La liturgia habitual debería haber llevado a una primera reunión de los agentes sociales con el jefe del Ejecutivo, antes de cualquier reunión de estos con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Pero había urgencia en desbloquear el trámite del salario mínimo, aunque solo fuera para conocer las bases mínimas de cotización (vinculadas estas al SMI). Lo que es imprescindible para que Trabajo pueda publicar cuanto antes la orden ministerial sobre cotizaciones a la Seguridad Social que los empresarios necesitan para la confección de las nóminas.

En realidad, la subida del salario mínimo se empezó a fraguar en diciembre, cuando el Gobierno bicolor no era todavía una realidad y ni siquiera había una fecha clara para investir a Pedro Sánchez como presidente. Entonces, con las negociaciones entre el PSOE y ERC en pleno auge, el secretario general de Podemos -que en la actualidad es vicepresidente segundo del Gobierno-, Pablo Iglesias, y Sánchez mantenían reuniones semanales para terminar de hilvanar los últimos flecos de su acuerdo de coalición.

Según fuentes del Gobierno fue en uno de esos encuentros cuando el jefe de los morados planteó poner en marcha la negociación con patronal y sindicatos para subir el SMI. Sánchez aceptó si el incremento se establecía en 950 euros y se llevaba a cabo con el consenso de la mesa de diálogo social. En aquel momento, Iglesias puso la maquinaria a andar; informa Miguel Ángel Rodríguez.

TÍMIDOS APLAUSOS DESDE LA DERECHA

Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, ha expresado su apoyo al acuerdo para subir el salario mínimo a 950 euros este año, si bien ha señalado que habrá sido "un auténtico baño de realidad" para el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que sostenía que había que aumentarlo "más".

La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, ha afirmado que hay que luchar contra los bajos salarios, pero ha instado al Gobierno a apostar también por emprender reformas para atajar otros problemas del ámbito laboral, como la temporalidad y la precariedad. "Ojalá fuera tan fácil solucionar el problema solo con una medida", ha dicho Arrimadas.