El Santander ganó 3.231 millones de euros durante el primer semestre de este año, un 14% menos que un año antes. La caída se debió básicamente a que el banco tuvo que reservar 814 millones para pagar el ERE que ha aprobado en España tras la absorción del Popular (600 millones), además de otros impactos extraordinarios, sobre todo en Reino Unido. Sin el efecto de estas provisiones extraordinarias, el beneficio hubiera sido de 4.052 millones, con una caída de solo el 0,2% o un crecimiento del 2,1% si tener en cuenta el tipo de cambio de las divisas con las que opera.

El grupo logró mejorar sus ingresos básicos un 4,2% en el primer semestre y los totales el 1,1%. El incremento en un 0,9% de los gastos hizo que el margen neto repuntase el 1,3%. El capital creció hasta el 11,3%, mientras que la rentabilidad se situó en el 7,79%. La eficiencia mejoró hasta el 47,2%, tras la reducción de un 0,3% del número de empleados y del 1,5% de la cifra de oficinas.

"El banco ha obtenido su mejor beneficio ordinario trimestral de los últimos ocho años, lo que refleja el progreso de nuestra transformación comercial y digital. Todos los países siguen registrando buenos resultados, especialmente Norteamérica, que ahora representa un 17% de los beneficios del Grupo, frente al 14% hace un año. Durante el trimestre, hemos dado un paso más en nuestra transformación digital con la creación de la unidad Santander Global Platform para alinear la estructura de reporte de esos negocios con el resto de la organización y la estrategia. Queremos asegurarnos de que el talento y el tamaño del banco se aprovechan al máximo en las iniciativas digitales y de pagos de alto crecimiento para ofrecer el mejor servicio a los clientes particulares, los comercios y las pymes, además de aportar transparencia a nuestras inversiones en digitalización", ha asegurado la presidenta del banco, Ana Botín, en una nota.