El grupo Santander ha obtenido unas plusvalías de 605 millones de euros en la venta de la ciudad financiera de Boadilla del Monte (Madrid) por 1.900 millones de euros al consorcio de inversores extranjeros liderado por el grupo británico Propinvest, informaron hoy a Efe fuentes de la entidad. La entidad presidida por Emilio Botín ha firmado un contrato de alquiler por 40 años y cuenta con derecho de compra de los edificios tras ese periodo.

La operación, que se prevé ejecutar no más tarde del próximo 31 de marzo, culmina el concurso restringido y privado organizado por Banco Santander para la venta y posterior arrendamiento de una cartera de inmuebles de su propiedad en España. La entidad ha vendido inmuebles por valor de 4.398 millones de euros, lo que le ha permitido obtener unas plusvalías totales de 1.681 millones de euros, casi 300 más de los que esperaba, 1.400 millones, cuando anunció en junio pasado que vendería los edificios.

El grupo asegurador británico Pearl compró por 2.040 millones de euros 1.152 oficinas en España para luego alquilárselas al banco por un plazo de entre 45 y 47 años. Por su parte, dos sociedades del grupo Pontegadea, ligadas al empresario Amancio Ortega, ha arrendado durante 40 años al banco los diez inmuebles que le compraron en sitios céntricos e históricos de nueve ciudades españoles, entre ellas Valladolid, por 458 millones de euros.

El "campus empresarial más grande del mundo"

La ciudad financiera que el Banco Santander construyó en Boadilla del Monte hace ahora tres años y medio se planificó para ahorrar los costes que suponían los 23 edificios que ocupaban en Madrid capital los servicios corporativos del grupo, aumentar la eficiencia de sus trabajadores y mejorar la calidad de vida y de trabajo de éstos. Así, se embarcó en un faraónico proyecto diseñado por el arquitecto irlandés Kevin Roche que costó 480 millones de euros y que incluyó la construcción de nueve edificios que actualmente acogen a unos 6.700 empleados. Cuenta con 400.000 metros cuadrados construidos y más de 5.000 plazas de aparcamientos.

Entre esos nueve edificios destaca el Pereda, donde se encuentra el despacho de Emilio Botín y la sala del consejo de administración del banco y es, además, el único con forma circular, construido alrededor de un atrio con cuatro plantas de altura y rematado por una cúpula acristalada de 32 metros de diámetro y 27 metros de altura, bajo la cual vive un pequeño bosque tropical.

El "campus empresarial más grande del mundo", como Botín lo calificó cuando anunció el proyecto en 2002, supuso para el banco "mucho más que un cambio de oficinas desde el centro de Madrid a la periferia", al tratarse de una iniciativa "tremendamente ambiciosa" y que "revolucionaba la forma de trabajar en las grandes empresas".

Precisamente esta "revolución" y mudarse a un municipio situado a 30 kilómetros de Madrid provocó que la mitad de los empleados afectados no estuviese de acuerdo con su traslado a Boadilla, al considerar, según una encuesta que hicieron los sindicatos, que aumentaría su tiempo de desplazamiento de casa al trabajo y sería más difícil conciliar la vida laboral y familiar.

Sin embargo, sus instalaciones, las rutas habilitadas para llegar a ella desde distintos puntos de Madrid, sus grandes zonas ajardinadas (el 62% de la ciudad son zonas verdes) con olivos milenarios, sus áreas de restauración y de ocio y su guardería para 400 niños han provocado que la mayoría de los empleados que la habitan afirmen "sentirse muy satisfechos o satisfechos", según la encuesta que hizo la entidad.

Sobre una superficie de 165 hectáreas acoge también un centro de formación, un auditorio con capacidad para 1.000 personas, un pequeño supermercado, una peluquería y hasta un museo en el que se muestra la segunda colección numismática privada más importante de Europa.

Dispone de 14.000 metros cuadrados de restaurantes, áreas comerciales y zonas de ocio, y 15.000 metros cuadrados de instalaciones deportivas.