EL BANCO ESLOVENO aplaudió ayer los rumores de que el Santander podría comprar el 30,6% de su capital que ahora está en manos del belga KBC. Las dificultades de este último llevaron a la Comisión Europea a recomendarle que se desprendiera de su participación en el NLB, donde el Estado tiene casi el 50% de las acciones.