Francia no reducirá su elevado déficit público ni este año ni el próximo, ni el presidente Nicolas Sarkozy podrá seguir cumpliendo su promesa de rebajar los impuestos. Estas dos renuncias se contienen en el proyecto de presupuestos del Estado aprobado ayer por el Gobierno, que fija el déficit para el 2009 en el 2,7% del PIB, una cifra que la mayoría de economistas ponen en duda de que se alcance.

El Gobierno renuncia también a lograr el equilibrio presupuestario en el 2012 (calcula un 0,5%), incumpliendo las garantías dadas a la Comisión Europea. Los presupuestos franceses establecen un crecimiento de la economía del 1% y la inflación se prevé en un 2%.