Los máximos responsables del banco Santander Central Hispano oficializaron ayer en Londres la compra del británico Abbey National, lo que convertirá al banco español en el primero de la zona euro, el cuarto de Europa y el décimo del mundo.

Los responsables de las dos entidades ofrecieron los detalles de la operación que esperan completar a finales de año. El Santander canjeará una acción propia --procedente de una ampliación de capital-- por cada título del grupo británico y abonará además 0,378 euros. La oferta deberá ser aprobada por los accionistas de ambas entidades.

El grupo español adquirirá el 100% de capital del Abbey, por 12.800 millones de euros, a la cotización del pasado viernes, e invertirá 680 millones en reestructurarlo y modernizarlo. A la vez, espera obtener una reducción de costes de 450 millones antes del 2007. Si finalmente el valor de la acción del SCH coincide con la media de los últimos tres meses, la transacción alcanzará un valor de 13.400 millones de euros.

APOYO DE ARNOLD El SCH estima que el precio es atractivo para los accionistas, ya que es un valor superior al que el mercado daba al banco hasta el jueves. Luqman Arnold, director ejecutivo de Abbey, también consideró "bueno" para los 1,8 millones de accionistas el precio acordado.

Si la alianza entre el Santander y el Abbey concluye, estaremos ante un grupo con unos activos de 600.000 millones de euros, un volumen de créditos de 314.424 millones, unos recursos de clientes de 436.400 millones, más de 130.000 empleados y casi 10.000 oficinas.

"Abbey tiene una posición líder en el mercado de los préstamos hipotecarios, lo que combinado con su potente red de distribución, representa para el Santander y los accionistas de Abbey una oportunidad valiosa", señaló el presidente del SCH, Emilio Botín.

"Vemos la oportunidad de acceder a 18 millones de clientes en un país desarrollado, algo que sólo se presenta una vez en la vida", declaró Alfredo Sáenz, consejero delegado del SCH. Esa exposición a un mercado inmobiliario en el que algunos expertos ven una burbuja es el aspecto más inquietante de la operación.

Ninguna de las dos partes quiso especular sobre los empleos que serán suprimidos en la reestructuración del Abbey, pero los especialistas coinciden en que será muy elevado. Según sus cálculos, la operación empezará a dar beneficios a partir del 2006.

REACCION DE LA BOLSA La bolsa valoró más el coste que supone hacer del Abbey un banco rentable que el sentido de la oportunidad demostrado por Botín en la compra. Así, las acciones del banco cántabro descendieron ayer el 2,63%, mientras que las del Abbey perdieron un 3,97%. El viernes, los títulos del banco británico registraron una revalorización superior al 17%.