Las ventas del Seat Toledo están en manos de los taxistas de toda España. La compañía ofrece al colectivo un descuento del 25% sobre el precio original del coche en un intento de alargar la vida comercial de este modelo, cuya estética arriesgada le ha costado el rechazo del mercado y ha originado los problemas industriales y laborales de la filial de Volkswagen. Son solo 8.000 coches al año, pero imprescindibles hasta que haya sustituto en el 2009.

Un anuncio del concesionario Auto Fuber publicita el Toledo como "el más barato" de los modelos homologados para prestar el servicio de taxi. Si se paga al contado, un modelo con motor diésel de 105 caballos y con los extras para taxi cuesta 15.878 euros, 5.117 euros menos que el precio oficial de venta al público (20.995 euros).

La marca no esperaba una caída de las ventas del nuevo diseño desde 34.985 unidades del 2003, último año completo de la versión anterior, a 7.940 en el 2006.