La dirección de Seat respondió ayer a la paralización de la fábrica de Martorell por una huelga con la presentación formal ante la Consejería de Trabajo de la solicitud de un expediente de regulación de empleo para dejar en el paro a un total de 415 trabajadores durante 11 meses. La compañía argumentó que la suspensión temporal de contratos, que ha echado más leña en el conflicto provocado por la flexibilidad interna, "es una herramienta legal que se utilizará si fracasa la negociación".

Unas horas después de haber comenzado la huelga convocada por el comité contra el bloqueo de la negociación del convenio colectivo y la amenaza de 600 despidos, los piquetes que había en la fábrica de Martorell y en las instalaciones de la Zona Franca recibieron la noticia de la medida solicitada por la filial de Volkswagen a la Administración.

La reacción inmediata fue de sorpresa e irritación, pero Matías Carnero, de UGT, advirtió de que no caerán en la "provocación" de una medida que demuestra "mala fe". Dijo que comunicaron al vicepresidente de recursos humanos, Ramón Paredes, que seguirán negociando.

Un portavoz de Seat también afirmó que la dirección pretende "agotar la negociación" sobre un nuevo sistema para aumentar y reducir la producción y evitar así las suspensiones de contratos. Los sindicatos rechazan la pretensión de Seat de rebajar el plus por trabajar los festivos y de sustituir la cláusula de revisión salarial por una prima en función de los resultados.

La federación metalúrgica de CCOO advirtió ayer de que los despidos obedecen "exclusivamente a una estrategia de negociación" que provocará crispación y "un mayor grado de conflictividad". Los sindicatos mantendrán este fin de semana contactos con la dirección de la compañía previos a la reunión del martes que viene. H