El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se refirió ayer a la situación económica española en términos de "casi recesión". Y, aunque el vicepresidente económico, Pedro Solbes, prefirió hablar de "crecimiento bajo", éste admitió que si el entorno empeora "podemos rozar el larguero en algún momento" y tener un crecimiento cero o por debajo de cero, tal como pronostican entidades como el BBVA, Caja Madrid o la Fundación de las Cajas de Ahorros. El presidente Rodríguez Zapatero restó importancia a las previsiones de las distintas entidades financieras y opinó que "no tiene ningún sentido" hablar de cifras hasta que el INE "certifique" los datos.

El Gobierno admitió este mes que la economía crecerá "por debajo del 2%" en el 2008. Eso implica crecimientos trimestrales débiles, pero positivos. Técnicamente, recesión se define como dos trimestres consecutivos con crecimiento intertrimestral negativo. "Si uno considera que va a seguir aumentando el precio del petróleo, que la economía americana no se va a reponer, que la caída en el segundo trimestre en Alemania va a seguir en los próximos trimestres, pues, evidentemente podríamos tener elementos negativos que podrían afectar a una situación de ese tipo (recesión). Más bien creemos que vamos a tener un crecimiento bajo. No estamos analizando esos supuestos", explicó el vicepresidente tras presidir la nueva Comisión Delegada del Gobierno para Política Científica y Tecnológica.

No es solo una cuestión semántica. Admitir una situación de recesión es reconocer que el desempleo aumentará con fuerza, con lo que ello conlleva en un contexto de familias muy endeudadas, como sucede en muchos hogares españoles.

Solbes admitió que los próximos trimestres serán "difíciles" y que si el crecimiento no mejora habrá más paro. En su opinión, muchas empresas tendrán que optar entre la moderación salarial o los despidos. El vicepresidente abogó por moderar los salarios. "Para todos es más importante intentar mantener el mayor número de trabajadores".