Autocrítica. Así pueden definirse las palabras pronunciadas ayer por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, sobre la política del Gobierno con las energías renovables. "No hemos ido demasiado lejos, pero sí demasiado rápido", afirmó durante la clausura del XV Encuentro de Economía en S´Agaró (Girona). En su opinión, es preciso controlar los costes del sistema energético para "garantizar la competitividad". El titular de Industria destacó que hacen falta todas las fuentes energéticas y que las renovables "son buenas para reducir las emisiones", pero "no son buenas para la competitividad de las empresas a corto plazo". En su opinión, "la mejor fuente energética es el ahorro".

Las declaraciones del ministro se producen después de que la patronal de la industria fotovoltaica, ASIF, denunciara la paralización total por la incertidumbre regulatoria que vive el sector, que aún no ha logrado un acuerdo para recortar las primas que cobra. En los últimos dos años, ha perdido unos 30.000 empleos y apenas se ha instalado capacidad de generación en España, aseguró. Sus críticos, entre los que están las eléctricas, recuerdan que la solar, que supone el 1% de la generación eléctrica total, consumió el año pasado 2.500 millones en primas.

Uno de los ramos más afectados es el del gas. Esta fuente actúa como energía de seguridad del sistema, pero debe parar cuando funcionan las energías renovables. Eso, que afecta en especial a Gas Natural, ha situado las centrales de ciclo combinado (producen electricidad a partir del gas) en un 35% de uso.