El sector asegurador español es "extremadamente solvente". Así de tajante fue ayer Francisco Arregui, presidente de la patronal UCEAC. En su opinión, una debacle como la protagonizada por la estadounidense American International Group (AIG) "es prácticamente imposible" en España debido a las "rigurosas" normas sobre la inversión de las provisiones y los márgenes de solvencia, que hacen que las compañías puedan cumplir sus compromisos "con normalidad".

Con estas palabras el representante patronal quiso calmar los ánimos ante la situación que se ha creado con AIG, la primera aseguradora de EEUU y tercera del mundo, y la posible propagación de la crisis al sector de la cobertura de riesgos. En todo caso, como en el conjunto de actividades económicas, las compañías "están recortando y congelando gastos corrientes" para estar preparadas frente a un agravamiento de la situación, explicaron fuentes del sector. Se da por hecho que las reaseguradoras se verán afectadas, con la repercusión en el resto del negocio.

En este contexto, la dirección general de Seguros ha extremado los controles sobre las filiales que forman AIG Life España, que suman 1.080.000 clientes. El organismo supervisor les ha pedido información con el objetivo de hacer un seguimiento sobre la relación entre sus provisiones y los compromisos que tienen adquiridos con sus clientes.

Del total de asegurados de American Life Insurance Company, la antigua Alico, la filial registrada en España, unos 50.000 tienen suscritos seguros de vida y el resto, hasta el millón, contratos colectivos, es decir firmados por empresas para empleados. Además, hay 30.000 pólizas de responsabilidad civil que también pertenecen a empresas.

La firma, con sede social en la avenida Toreros de Madrid, tiene autorización para operar en el ramo de accidentes desde 1967; en vida, desde 1968; enfermedad, desde 1975 y pérdidas pecuniarias varias, desde el 2005.