Los fabricantes de coches reclamaron ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que reaccione y coja por los cuernos el toro de la profunda crisis del sector. El presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes (Anfac), Francisco Javier García Sanz, pidió a Zapatero que dé a las multinacionales del automóvil el mismo trato que ha concedido a la banca española y acceda a reunirse con los representantes de las marcas para discutir un plan urgente.

"He visto que Zapatero se ha reunido ya dos veces con los representantes de la banca mientras que, por ahora, no nos ha contestado a nuestra petición de entrevista", dijo, en el IESE, García Sanz. El presidente de Anfac advirtió de la gravedad de la crisis que sufren las 17 fábricas de vehículos de España, con una previsión de descenso de la producción del 10% este año y de una caída de las ventas de más del 25%. Para el máximo representante del sector, el hecho de que las fábricas situadas en España pertenezcan a multinacionales extranjeras convierte al sector en más vulnerable a los traslados de plantas a países con costes de producción más bajos. "Es una razón más para que el Gobierno nos dé más cariño", aseguró, y avisó del riesgo de que el fondo de 40.000 millones que prepara la Unión Europea en créditos blandos para la mejora energética no beneficien a España, al no contar casi con centros de investigación.

La reforma del plan Vive, que puede aprobar el Gobierno mañana, nacerá condenada al fracaso, según el sector. El motivo es que, según García Sanz, se mantendrán las ayudas a través de la bonificación de créditos en lugar de subvenciones directas por la renovación de un coche, como se hacía antes en España y como está a punto de poner en marcha Alemania.

El presidente de Renault España, Juan Antonio Fernández Sevilla, fue tajante respecto al nuevo plan Vive: "Quizá ayude a vender unos 50.000 coches más, algo que no servirá para nada con la que está cayendo", y añadió que "si hay dinero para la banca, también tiene que haberlo para el automóvil". Los expedientes de regulación de empleo para enviar al desempleo de forma temporal a los trabajadores son una solución provisional, "pero todo tiene un final y nadie sabe cuánto durará esta crisis", advirtió Fernández Sevilla.