Garantizar el abastecimiento de gas es prioritario para el Gobierno y por eso las relaciones con Argelia son estratégicas para el Ejecutivo, aun a costa de ciertos intereses empresariales españoles. Argelia aporta el 32% del gas que consume España y puede llegar al 50%.

Presionado por las amenazas de Argelia de recortar el suministro de gas a España y encarecerlo, el ministro de Industria, Joan Clos, con el aval del Consejo de Ministros, ha adoptado en las dos últimas semanas decisiones que, en la práctica, favorecen a la energética Sonatrach, propiedad de Argelia, para que actúe en España.

Todo ello, con el disgusto y la preocupación del sector --que teme que Sonatrach cobre una posición de dominio-- y de la propia Comisión Nacional de Energía (CNE), que en mayo fijó unas condiciones severas para controlar el poder de Sonatrach, convertidas ahora en papel mojado por el Consejo de Ministros.

SIN LIMITACIONES Todo se ha precipitado tras el encuentro en Madrid el 19 de julio entre el ministro de Energía y Minas de Argelia, Chakib Jelil, y su homólogo español, Joan Clos. Desde entonces, el Gobierno ha cedido a las demandas del país magrebí.

Industria ha decidido eliminar los límites para que la empresa pública Sonatrach --cuyo presidente es el propio Jelil-- pueda comercializar gas en España. España había pretendido un tope anual de 1.000 millones de metros cúbicos y Sonatrach reclamaba 3.000. Finalmente, se han eliminado los límites, si bien fuentes de Industria aseguran que hay una carta firmada por Clos y Jelil con el compromiso de que Sonatrach no venderá más de 2.000 al año en España (el 6% del consumo). La misiva se mantiene en secreto. Estas fuentes explican que en Francia, Italia y Reino Unido sí existen topes de comercialización para Sonatrach que, en ningún caso, superan el 2% de sus mercados.

Además, tras la reunión entre Clos y Jelil, el Consejo de Ministros ha decidido autorizar, sin apenas condiciones, a Sonatrach a aumentar del 20% al 36% su participación en el nuevo gasoducto Medgaz que unirá Argelia con Almería a mediados del 2009. Cualquier participación superior al 25% da a Sonatrach poder de veto sobre esta infraestructura vital para los intereses españoles. Los otros socios son Cepsa (20%), Iberdrola (20%), Endesa (12%) y Gaz de France (12%).

El 8 de mayo, la CNE determinó que si Sonatrach se hacía con el 36% de Medgaz, España debía reservarse derecho de veto sobre decisiones que pudieran "tener un impacto negativo sobre los intereses generales, y específicamente, la seguridad pública española". Sin embargo, el 27 de julio, tras la visita de Jelil, el Consejo de Ministros ha anulado esta cláusula con el enfado de la CNE y de su presidenta, Maite Costa.

Preocupado, en todo caso, por el peso de Sonatrach en Medgaz, el Gobierno quiere negociar la incorporación de un nuevo socio español. Jelil ha expresado su disposición a ceder un 10% de su participación a Gas Natural, pero sin concretar. Y por si había poca confusión, la compañía presidida por Salvador Gabarró, insiste en que nadie le ha ofrecido entrar en Megaz y que ella nunca ha mostrado interés.

EL NUEVO GASODUCTO Medgaz, que unirá Argelia con Almería a mediados del 2009, competirá con el del Magreb Europa, de Gas Natural, que negocia con la argelina Sonatrach la revisión del precio del combustible de circula por este tubo. Argelia quiere una subida del 20% (que se traduciría en una subida del 6% para el consumidor final), que Gas Natural rechaza.