Ya de noche y tras una semana de calurosas discusiones, los peores datos de empleo del país en tres décadas y un Barack Obama terrenal que se vio forzado a bajar al cuerpo a cuerpo político, el Senado de EEUU alcanzó el viernes (madrugada de ayer en España) un acuerdo para una versión recortada en 85.000 millones del plan de estímulo de la economía. Es un acuerdo apoyado por dos senadores republicanos y que, de ser aprobado, supondría una victoria para Obama, aunque aún no la definitiva.

Ayer, el Senado continuaba debatiendo la nueva versión de la ley, cifrada unos 603.000 millones de euros --que puede llegar a los 635.000 millones de euros si se aprueban unas enmiendas fiscales-- frente a los 724.000 millones de euros iniciales. Por el camino, y para convencer a esos dos senadores republicanos que aseguran, junto a los demócratas, una mayoría de 60 legisladores-- se han caído sobre todo provisiones económicas destinadas a la educación y a reformar los edificios oficiales para que fueran más eficientes energéticamente.

VOTACION DEFINITIVA El siguiente paso es que el lunes se celebre una votación de procedimiento en el Senado que, en caso de lograr 60 votos a favor, derivaría en la votación definitiva el martes. Después, las dos cámaras del Congreso deben ponerse de acuerdo, ya que la versión del plan de la Cámara de Representantes difiere de la del Senado. Una vez se logre una versión única, debe volver a votarse. La fecha límite es el 16 de febrero.

GASTO PUBLICO Para la Administración de Obama, la versión del plan aprobada en el Senado es aceptable y se mueve dentro del parámetro de gasto público que el presidente considera vital para estimular la economía. Para los demócratas, sobre todo en la Cámara baja, el recorte en gasto público puede ser difícil de aceptar. Para los republicanos, el plan sigue siendo demasiado costoso en gasto público y rácano en políticas fiscales.