La investigación se inició a instancias de Alemania, que descubrió, mediante un confidente, el mayor fraude fiscal de su historia, com más de 1.000 personas ricas implicadas. A mediados del pasado mes de febrero, las autoridades tributarias de ese país remitieron información a 15 países en los que habían implicados, entre ellos España. Sus nombres figuraban en un DVD robado en el banco LGT, propiedad de la familia real de Liechtenstein, y que fue comprado al confidente por el servicio secreto germano.