La alemana Siemens y la finlandesa Nokia anunciaron ayer los detalles de la fusión de sus divisiones de equipos de telecomunicaciones en una operación valorada en 31.500 millones de dólares (20.000 millones de euros), lo que situará al nuevo grupo entre los cuatro primeros productores mundiales de redes de telefonía móvil y fija. El acuerdo supone la creación de una nueva empresa participada al 50%, que se denominará Nokia Siemens Networks. Tendrán su sede central en Finlandia y contará con otras sedes en Múnich.

Esta operación, que sigue a otra similar entre Alcatel y Lucent en abril, permite a Nokia y Siemens hacer frente a la fuerte competencia de otros fabricantes, que compiten en tecnologías como la conexión múltiple de banda ancha para acceso más rápido a internet o en los protocolos para redes de televisión. El nuevo grupo presume de tener uno de los mejores equipos de investigación y desarrollo, así como una gran capacidad para invertir en la siguiente generación de productos y servicios de telefonía fija y móvil.

"La industria de la comunicación está en un proceso de convergencia y una compañía más fuerte e independiente estará mejor situada para obtener mayores ingresos y facilitar a los clientes costes más bajos", comentó ayer Olli-Pekka Kallasvuo, presidente de la nueva firma y, hasta el momento de la fusión, director general de Nokia.

RECORTE DE PLANTILLA La operación supondrá la supresión de unos 9.000 puestos de trabajo en un periodo de cuatro años del total de 60.000 empleos que suman las dos empresas. Ello supondrá un recorte de gastos anuales de 1.500 millones de euros hasta el año 2010. La mayoría de las sinergias procederán de la eliminación de funciones solapadas, la mejor utilización de la estructura comercial, la reducción de los equipos directivos y la mayor eficiencia de la estructura organizativa en su conjunto, según un comunicado conjunto difundido ayer.

Las dos firman ingresaron 15.800 millones (2,6 billones de pesetas) en el 2005. Por actividades, el grupo tendrá la segunda posición mundial en infraestructuras para tecnología móvil, tercero en telefonía fija. Los directivos esperan cerrar el proceso de fusión en enero del 2007.

El pacto ha supuesto unas negociaciones de cuatro meses y supondrá la separación definitiva de Com, filial de telecomunicaciones de Siemens. Este paso estaba previsto debido a la mala evolución de esta compañía.

Los mercados saludaron con ganancias el acuerdo. Las acciones de Siemens subieron un 6,65%, hasta los 66,9 euros, mientras que las de Nokia avanzaron un 3%, hasta los 16,12 euros. La relativa euforia bursátil tuvo también su expresión en las declaraciones de los ejecutivos que seguirán en el grupo. Simon Beresford-Wylie, vicepresidente ejecutivo de Nokia --también será director general de la nueva compañía-- expuso: "Nokia Siemens Network une a los dos mejores equipos de la industria de las telecomunicaciones en un momento sin precedentes de cambios". Peter Schönhofer, hasta ahora miembro del comité ejecutivo de Siemens, pasará a desempeñar el cargo de director financiero de la compañía fusionada.

Los beneficios netos de Siemens, que produce desde trenes hasta centrales eléctricas y electrodomésticos, se redujeron el 4,6% en el primer semestre de su año fiscal 2005-2006, que empieza en octubre, hasta los 1.700 millones de euros.

PRESION DE LA COMPETENCIA La división de redes de Nokia facturó el pasado año 6.560 millones de euros, lo que supone una quinta parte de la ventas totales de la compañía. Nokia se ha visto perjudicada por la feroz competencia que se produce en el sector. "La operación es buena para Nokia", comento Hanu Rauhala, analista de Opstock.