La lista de cuestiones básicas en el ámbito económico es tan larga como la de los desacuerdos entre el Gobierno y el PP. Desde los presupuestos para el 2010, hasta las cuestiones más concretas tomadas para combatir los efectos de la crisis. Al margen de la participación en el programa de apoyo a Grecia, no hay coincidencia en cómo abordar la reforma laboral y tampoco en los cambios a introducir en el sistema público de pensiones. El PP incluso ha organizado una especie de resistencia civil contra la subida del IVA prevista para el próximo mes de julio. Algo menos pública pero no por ello menos efectiva resulta su actitud en relación a las fusiones de las cajas de ahorros. El Consejo de Ministros del viernes pasado aprobó un plan de recorte del gasto en la Administración, un plan que el PP se limitó a ningunear.