La idea de reducir la carga de trabajo de la fábrica de Opel en Figueruelas no surgió de sus inminentes compradores, el grupo austriaco-canadiense Magna y el ruso Sberbank, sino del presidente del comité de empresa europeo de la compañía alemana. Lo reconoció ayer el propio Klaus Franz, quien argumentó que todos los sindicatos del grupo, incluidos UGT y CCOO, acordaron "compartir el dolor" que supondrá la reestructuración de la compañía. Admitió, eso sí, que sus homólogos españoles no conocían su aportación.

"Mantener el volumen de producción de Zaragoza significa cerrar Eisenach Alemania y nadie quiere el cierre de plantas", justificó el sindicalista en declaraciones a Efe. Como ejemplo de esta actitud de sacrificio solidario, recordó que la planta germana de Rüsselsheim ha ofrecido recortar su producción en 25.000 unidades en favor de la factoría inglesa de Ellesmere Port.

Pese a que en España todavía no se ha alcanzado un acuerdo, General Motors, Magna y Seberbank tienen previsto firmar hoy el contrato de compra venta de Opel, según fuentes cercanas a la negociación. La estadounidense se quedará con el 35%, mientras que las compradoras se repartirán un 55%, y el 10% restante irá a parar a los trabajadores.

Así las cosas, el principal frente abierto en todo el proceso sigue siendo el español. Las negociaciones continuaron ayer en Zaragoza entre representantes del Gobierno, el Ejecutivo aragonés, Magna y los representantes sindicales, pero sin grandes avances respecto a la víspera.

La compañía austriaco-canadiense flexibilizó sus condiciones el martes y ofreció que la planta zaragozana produzca a partir de 2013 el 72,8% de los modelos Corsa, Meriva y Combo, un nivel similar al actual, con una capacidad máxima de 478.000 unidades al año y el mantenimiento de los dos turnos de producción actuales. Eisenach se quedaría el 27,2%.

MANTENER LA PRODUCCION El avance fue aplaudido por los negociadores españoles, ya que permite a la planta de Figueruelas mantener su capacidad productiva y optar así a futuras adjudicaciones. Pero no fue suficiente para llegar a un acuerdo.

El principal punto de discusión ayer fue la producción que ha propuesto Magna desde la actualidad hasta el 2013: el 70%. "Es posible el acuerdo, aunque todavía estamos lejos del mismo", resumió Ignacio Fernández Toxo, líder de CCOO. Los sindicatos quieren mantener la producción para recortar en lo posible los 1.300 despidos previstos hasta ahora por los compradores.

El Gobierno, por su parte, condiciona su participación en la ayuda de 4.500 millones de euros a Opel prometida por el Gobierno alemán a un pacto sobre un plan de viabilidad.