De nada sirvieron las casi 10 horas seguidas ni que a las tres de la madrugada fueran sacados de la cama y llamados a presentarse a la reunión los negociadores de UGT y CCOO, Tony Ferrer y Ramón Górriz. En las "muy largas, intensas y duras horas", desveló ayer Cándido Méndez, "no hubo en ningún momento el chispazo del acuerdo". La intransigencia de los representantes de la CEOE fue la causa de que el acuerdo no cuajase, según los sindicatos. La patronal "no ha ido a negociar", afirmó Cándido Méndez en la SER, sino a "comprobar si se recogía su posición". Los sindicatos le reprochan que no se hayan apeado de su programa maximalista --un "despido más fácil y más barato", según el portavoz de CCOO, Fernando Lezcano-- y que rechazara la última propuesta de Trabajo.

"Esto se ha acabado", dijo ayer el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, que apenas se ha pronunciado sobre la reforma laboral en los dos últimos meses de intensas negociaciones. Ayer por la mañana, sin apenas dormir, se multiplicó en los medios de comunicación.