El sindicato británico Unite asegura haber alcanzado un acuerdo con el grupo austríaco canadiense Magna, que planea adquirir Vauxhall y Opel de General Motors, para salvar las plantas de esa marca de automóviles en el Reino Unido, informó hoy la BBC. Según la cadena pública, Unite habría obtenido el compromiso del consorcio para mantener operativas las fábricas inglesas de Luton y Ellesmere Port sin el temido recorte masivo de empleos.

Según el supuesto acuerdo, que no ha sido confirmado aún por Magna, sólo se aplicarían 600 despidos voluntarios -en lugar de los 1.200 con los que se especulaba, de una plantilla británica de 5.500-, mientras que los empleados que se queden aceptarían una congelación del salario por dos años, entre otras medidas de reducción de gastos. El pacto "ofrece a las dos plantas seguridad y un futuro hasta el 2013, lo que da una buena base para un buen futuro a más largo plazo", dijo el secretario general de Unite, Tony Woodley, en declaraciones recogidas por la BBC.

Por su parte, Vauxhall señaló en un comunicado que el acuerdo era "una buena noticia para las operaciones en el Reino Unido" y es el resultado de "un tremendo esfuerzo de equipo por parte de los dirigentes de Unite y el equipo directivo de Vauxhall". Según los medios alemanes, el contrato para la adquisición de la filial europea de General Motors podría firmarse este mismo jueves, siempre que el Reino Unido y España acepten finalmente un plan que ha suscitado polémica en los países donde opera el fabricante de automóviles.

El ministro británico de Empresa, Peter Mandelson, ha expresado ante la Comisión Europea su descontento con los términos del acuerdo al considerar que perjudica a su país y, según la prensa, ha pedido a la auditoría PcW un estudio del proyecto independiente del que solicitó el Gobierno alemán. GM y Magna planean en principio firmar el acuerdo este jueves, con la condición de que se garanticen las ayudas estatales en su totalidad, según avanzaron medios alemanes. El consorcio estadounidense se propone vender el 55 por ciento de la filial a Magna y el banco ruso Sberbank.

La casa matriz mantendría un 35 por ciento, mientras que el restante 10 por ciento se repartiría entre la plantilla. El Gobierno alemán se ha comprometido a facilitar ayudas, créditos y avales por un importe de 4.500 millones de euros para posibilitar la operación de compra, siempre que por parte de Magna se garantice la supervivencia de las plantas que Opel tiene en Alemania.

Esta operación requiere un plan de ajuste para todas las fábricas que Opel tiene en Europa, con un replanteamiento de la producción y la aplicación de expedientes de regulación de empleo, así como una serie de ayudas por parte de los gobiernos. Los otros países temen que el apoyo alemán vaya en detrimento de las instalaciones que existen en el resto de Europa.

El plan de reestructuración de Opel contempla el despido en toda Europa de unos 11.000 empleados y una modificación de la asignación de los modelos a cada planta.