La Confederación Sindical Internacional (CSI), la mayor central sindical del mundo, recordará a los líderes del G-20 su idea de que el recorte del gasto público "es moralmente injusto", tras debatir hoy con otras agrupaciones de sindicatos la declaración que entregarán a este grupo de países.

En los debates, hoy, durante la Conferencia Internacional del Trabajo, la CSI, la comisión de sindicatos ante la OCDE (TUAC, en sus siglas en inglés) y la agrupación Global Unions (que reúne a sindicatos sectoriales) acordaron pedir al G-20 que cumpla su compromiso de poner el empleo de calidad "en el corazón de la recuperación".

Las centrales mundiales consideran que la crisis económica ha conducido a un traspaso masivo de las finanzas públicas hacia el sector privado, por lo que critican un recorte del gasto público derivado del peaje por esta transferencia.

Los trabajadores y los sindicatos -subrayan- rechazan la reducción de gasto público que empequeñece las pensiones y los programas sociales, y que a su vez aumenta el desempleo.

Así, instan al G-20 a que desarrolle nuevas fuentes de recaudación fiscal, como un impuesto de transacciones financieras, y a que dé un paso más para combatir la evasión de impuestos.

Reclaman al mismo tiempo que se mantengan las medidas de estímulo centradas en el trabajo y el crecimiento, y que se actúe para terminar con los "ataques especulativos" en las divisas, mediante "impuestos justos".

Asimismo, piden una reforma del sistema financiero que rompa el "círculo vicioso" por el que las decisiones de los gobiernos proceden de un sistema que precisa un arreglo.

Las agrupaciones de sindicatos creen que la crisis económica aún está lejos de acabar, pues la recuperación es frágil y dubitativa, especialmente en Europa, donde se ha desatado una ola especulativa con las divisas y los estados soberanos.

De este modo, opinan que los gobiernos, guiados por la presión de los mercados de bonos, se dirigen a la consolidación fiscal, lo que "amenaza con provocar disturbios sociales".

Las centrales internacionales recuerdan que el desempleo mundial ha crecido en 34 millones de personas desde que comenzó la crisis, y ello sin contar a "millones de trabajadores incapaces de encontrar empleo, pero que no figuran en el paro".

La ONU calcula que se deben crear más de 300 millones de empleos para volver a niveles previos a los de la crisis, por lo que las agrupaciones sindicales pronostican que hasta 2017 o 2018 no se retornará a estas cifras.

Los líderes del G-20 se reunirán los próximos 26 y 27 de junio en Toronto (Canadá).