La Confederación Sindical Internacional (CSI) reclamó ayer a los países del G-20 que actú-en con prudencia y mantengan las medidas destinadas a incentivar la demanda hasta que la recuperación económica no sea más robusta y se transforme en creación de puestos de trabajo.

Los representantes de la CSI y de la Organización Internacional de Empleadores se reunieron ayer con los ministros de Trabajo del G-20, un grupo que reúne a los paí- ses más ricos y a las principales economías emergentes. El secretario general de la CSI, Guy Ryder, pidió a los gobiernos que reorienten sus políticas "para crear empleos dignos" y avisó de que, si no lo hacen, "el riesgo de explosión social se convertirá en real".

La CSI también considera prioritario reforzar la protección social con un aumento de las prestaciones y políticas de apoyo a los jóvenes.

Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las políticas económicas adoptadas por el G-20 para responder a la crisis salvaron o crearon cerca de 21 millones de empleos entre el 2009 y el 2010. Para Juan Somavia, director general de la OIT, "la respuesta política de los países del G-20 a la crisis mundial ha sido rápida".

Somavia defendió "un marco orientado hacia el empleo para alcanzar un crecimiento que sea sólido, sostenible y equilibrado".