Los sindicatos quieren que el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, sea un punto de inflexión con respecto a los últimos tiempos y que la recuperación económica se canalice hacia la reducción de las desigualdades y las mejoras salariales. "Igualdad, mejor ocupación, salarios más altos y pensiones dignas" es el lema del manifiesto unitario firmado por CCOO y UGT. Es también axioma común de la movilización que ha venido a ser bautizada como de la indignación, y que por primera vez en muchos años ha cedido buena parte del protagonismo a los más mayores, a los pensionistas.

Los sindicatos apuntan a que la movilización de este 1 de mayo puede ser un aperitivo de un año caliente muchas veces anunciado. En la recta final de legislatura y con la crisis independentista en el trasfondo, los trabajadores exigen mejoras salariales y que el crecimiento económico se traduzca en reducir la precariedad y las desigualdades.

UGT y CCOO han convocado más de 80 movilizaciones en más de 70 ciudades. Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, encabezan la manifestación de Madrid, que discurrirá desde la Plaza de Neptuno a la Puerta del Sol, donde terminará con la lectura de un manifiesto. En Barcelona serán los secretarios generales en Catalunya de UGT y CCOO, Camil Ros, y el secretario general de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco, que harán lo mismo. Con el trasfondo de la crisis política en Catalunya, queda por ver que capacidad de convocatoria mantienen las centrales de cara a esa anunciada ofensiva sindical. De manera paralela a las convocatorias de los dos sindicatos mayoritarios, CGT y USO reivindican su papel apegado al terreno y a la movilización, aunque también en la línea de reclamar mejoras laborales y sociales en unos momentos en los que son las empresas y los más ricos los grandes beneficiados del crecimiento.

Entre las reivindicaciones, los sindicatos reclaman a la patronal una subida salarial reflejada en la negociación colectiva, para que los salarios recuperen poder de compra. UGT y CCOO piden una subida mínima del 3,1% -que resulta de la inflación prevista para 2018 (1,6%) más 1,5 puntos adicionales en concepto de recuperación del poder adquisitivo perdido-, con una cláusula de revisión salarial y un salario mínimo en convenio de 1.000 euros brutos mensuales. Asimismo, ven necesario derogar la reforma de las pensiones del 2013, que sean financiadas por los Presupuestos y que se revaloricen en función del IPC.

Para el sindicato CGT, el primero de mayo de este año debe ser un punto de inflexión para la concienciación de la ciudadanía ante una situación que quiere hacer de derechos básicos un negocio: "Llevamos 10 años en una situación de emergencia social, donde ya no solo las personas sin trabajo están bajo el umbral de la pobreza, sino que más del 14% de las personas con trabajo son pobres como consecuencia de la precariedad de los nuevos contratos de trabajo, con contratos parciales y sueldos de supervivencia, que constituye la nueva realidad laboral de indignación". El sindicato que tradicionalmente más conflictos laborales abandera en España también se suma a las demandas de los pensionistas, aunque defiende también que se adelante la edad de jubilación como una manera de reactivar las contrataciones de los más jóvenes.

El sindicato de funcionarios CSIF ha instado a luchar por un acuerdo que permita a los empleados públicos recuperar el poder adquisitivo perdido y el empleo. Acusan a UGT y CCOO de "postularse del lado del proceso soberanista".

USO insta al Gobierno a acometer una profunda reforma fiscal, elaborar un sistema de formación para el empleo de calidad, perseguir el fraude y los paraísos fiscales, apostar por las políticas de igualdad y diseñar nuevos planes energéticos y de infraestructuras.

CNT centrará este año sus manifestaciones en la lucha contra los accidentes laborales, el empleo precario, la brecha y violencia de género, el machismo, las cárceles llenas de "supuestos terroristas" y contra los centros de internamiento de emigrantes.