Los tres sindicatos más importantes de Italia reaccionaron ayer de forma positiva ante la propuesta del Gobierno de Berlusconi de retrasar la edad de jubilación a cambio de aumentar el sueldo un 30%. Las centrales CGIL, CISL y UIL se mostraron dispuestas a negociar la medida, siempre que sea una solución "voluntaria y negociada".

La pensión de jubilación se puede obtener en Italia a partir de los 57 años (56 para los funcionarios) siempre que se haya contribuido durante un mínimo de 35 años. El resultado es que, como media, los italianos se jubilan a los 59,4 años y la intención de Berlusconi es que se posponga al menos cinco años a través de una serie de medidas, entre las que figuran los incentivos para permanecer en el puesto de trabajo.

Berlusconi ha declarado que dejará resuelto el tema en septiembre. La oposición cree que el debate de las pensiones es complejo y requiere tiempo.