El Salón del Automóvil de Barcelona se convirtió ayer en una mesa de negociación de la industria del sector. Los sindicatos CCOO y UGT ofrecieron a los fabricantes "buen clima laboral" y reconocieron que algunos conflictos generados en los últimos años han perjudicado la imagen de las fábricas españolas en las centrales de las multinacionales.

Esa mala imagen creada por la conflictividad laboral puede tirar por la borda el esfuerzo realizado para mejorar la productividad de las plantas españolas, según admitieron los dirigentes sindicales en un encuentro del Observatorio Industrial del Automóvil celebrado en Barcelona en las jornadas previas a la apertura al público, hoy, del Salón del Automóvil.

El secretario general de la Federación del Metal de CCOO, Felipe López, ofreció a las empresas la creación de una plataforma conjunta para asegurar la competitividad y "evitar el lenguaje con carga ideológica". "En algunas negociaciones duras hemos generado una imagen no muy buena del sector", aseguró.

Uno de los conflictos más duros ha sido el de la fábrica de Volkswagen en Pamplona, en el que la plantilla aceptó este mes un convenio después de un largo proceso jalonado con huelgas y que llevó a la marca a plantear el cierre de la planta.

MAS COSTES LOGISTICOS El líder del metal de UGT, Manuel Fernández, Lito, coincidió en que "el buen clima laboral se nota de forma clara en una empresa, en la que la situación es muy diferente si hay conflicto". Sin embargo, Lito destacó que los gastos de personal "no son tan determinantes como se decía" en momentos de crisis. El capítulo laboral representa cerca de un 10% del coste de un coche, por debajo de la logística, que ya suma un 12% y que motivó que la Asociación de Fabricantes (Anfac) y el observatorio sectorial hayan propuesto un plan de mejora de infraestructuras.

El presidente de Anfac y de Renault España, Juan Antonio Fernández de Sevilla, destacó a este diario la importancia de la "calma social". "Si nos pegamos, damos la excusa a las multinacionales para tomar decisiones negativas para la industria española", indicó. El directivo destacó el buen momento del sector en España, con un aumento del 3% de la facturación en el 2006 (48.185 millones de euros), pese al estancamiento de la producción, y unas inversiones superiores a los 1.600 millones.

El ofrecimiento de paz laboral por parte de los sindicatos no estuvo exento de críticas. Lito instó a Anfac a actuar de verdad como una patronal en lugar de "un club de amigos". "Necesitamos una patronal fuerte", indicó. En el fondo de esta crítica se encuentra la vieja reivindicación de las centrales de negociar un convenio colectivo para todas las fábricas, que permitiría regular algunos aspectos como nuevos contratos flexibles que se escapan a las competencias de los acuerdos de cada empresa.

SIN PRESION FISCAL El ministro de Industria, Joan Clos, echó ayer un cable al sector al asegurar que el nuevo impuesto que gravará las emisiones de CO2 de los coches no supondrá un aumento de la presión fiscal sobre los automóviles. "Ligaremos la tributación de los coches a la contaminación, pero sin aumentar la presión fiscal", indicó en respuesta al temor de los fabricantes de que los compradores tengan que hacer frente a una mayor carga impositiva.

Clos indicó que el nuevo tributo, que obligará a reformar probablemente el impuesto de matriculación, no penalizará únicamente una gama de vehículos, en referencia a las quejas de los fabricantes de todoterrenos.