La iniciativa del PSOE de impulsar una reforma laboral en la legislatura que acaba de comenzar ya ha provocado los primeros movimientos negociadores de los sindicatos y las organizaciones empresariales encaminados a rebajar la tasa de temporalidad del 30,7%, el récord europeo.

En el marco del diálogo social, los sindicatos plantearán como alternativa a un abaratamiento del despido que se modifiquen las cotizaciones de las empresas a la Seguridad Social para penalizar los contratos temporales y bonificar los indefinidos. Un bonus-malus contra la precariedad.

La propuesta profundiza en fórmulas similares a las que se acordaron en 1997 en el primer Gobierno de José María Aznar. Según CCOO, tanto la autonomía de negociación que tuvieron los sindicatos y las patronales en aquella ocasión como una ampliación de las recetas que se aplicaron "estarían bien vistas" en el nuevo periodo político.

El secretario de Acción Sindical de UGT, Antoni Ferrer, recuerda que el coste del despido ya se bajó a 33 días de sueldo por año trabajado en 1997 y que en el 2001 se creó un contrato indefinido de inserción laboral con una indemnización final de 20 días por año trabajado.

REEQUILIBRIO Sin embargo, UGT y CCOO estarían dispuestos a aceptar una rebaja de las cuotas sociales que deben pagar los empresarios por cada trabajador indefinido, a cambio de un aumento paralelo de la cotización de los contratos temporales, como se hizo ya en 1997. "Esto sólo es una idea, pero reequilibraría los costes y no produciría merma de ingresos para el sistema", dicen fuentes sindicales.

No se trata de aplicar nuevas bonificaciones selectivas como las que hoy están vigentes en la legislación laboral. Lo importante, según el dirigente sindical, es reforzar "el principio de causalidad". Es decir, poner trabas para que un empresario no contrate a un empleado con carácter temporal donde debería tener a uno con duración indefinida.

SIN BONIFICACIONES Lo segundo sería suprimir las bonificaciones a las empresas cosa que la propia CEOE también ha criticado porque favorecen a ciertos empresarios y perjudican a otros. Por último, UGT reclama un aumento de las inspecciones de Trabajo para luchar contra de la proliferación de subcontratas y el fraude laboral. CCOO está de acuerdo en que el debate ya no puede centrarse en los costes del despido sino en cómo interviene la Administración para fomentar la estabilidad en el empleo.

La CEOE está dispuesta a negociar la contratación y el despido en la futura reforma laboral por la incidencia que tienen en los costes laborales. Quiere discutir sobre flexibilidad de jornada, negociación colectiva y ley de huelga. El vicepresidente de la CEOE, Joan Rosell, advierte de que hace falta un esfuerzo de "imaginación" para acabar con situaciones "absurdas" como que un trabajador tenga 50 contratos en un año. Entre las alternativas apunta los incentivos a los contratos indefinidos y la reducción y acotación de las modalidades de contratos.

La rebaja de cotizaciones a la Seguridad Social es una de las reivindicaciones habituales de la patronal, que recuerda que España ocupa el segundo lugar europeo sólo por detrás de Francia. Los sindicatos saben que ésto es una importante moneda de cambio para llegar a acuerdos.

A pesar de que Rosell reconoce que la rebaja del despido no es prioritaria, sí propone que se "concreten y se introduzca certeza en las causas" del despido justificado, que tiene una indemnización de 20 días de sueldo por año de servicio.