El Gobierno debe mover ficha mañana y dejar claro su modelo de pensiones para el futuro, según los sindicatos CCOO y UGT, que han empezado a meter presión al Ejecutivo una vez que el Congreso aprobó el martes las recomendaciones de la comisión del Pacto de Toledo. Ya que el Parlamento ha evitado fijar una edad concreta para la jubilación obligatoria, las negociaciones se centran ahora en los años de cotización que serían necesarios para jubilarse a los 65 y cobrar el cien por cien de la pensión.

En este tira y afloja, las posiciones se mantienen aún alejadas y las opiniones de los portavoces gubernamentales y sociales empiezan a acusar la tensión negociadora y pasan del optimismo al pesimismo, y viceversa, en poco tiempo, a la vez que cada parte intenta tapar sus contradicciones. Mientras que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio un escueto diagnóstico pesimista --"todo difícil", dijo al llegar al Congreso ayer--, la vicepresidenta Elena Salgado afirmaba en TVE que el Ejecutivo "está dispuesto" a rebajar el tiempo de cotización.

RETRASO De los 41 años apuntados inicialmente por el Gobierno, se ha pasado a 40, según dijo el jefe del Ejecutivo el lunes. En todo caso, un periodo muy alejado de los 35 años actuales que defienden los sindicatos, incluso de los 38 que se han barajado en estas semanas de conversaciones. Las centrales también solicitan que se retrase la entrada en vigor de esta reforma que el Gobierno quiere desarrollar entre el 2013 y el 2027.

La reclamación sindical también emplaza al Gobierno a que mañana fije las causas, personas, situaciones y profesiones a las que no afectará la norma general y podrían anticipar la jubilación. Los sindicatos piden que en el cálculo de los años cotizados se tenga en cuenta que jóvenes y mujeres no sean perjudicados por sus cortas carreras de cotización. Además, esperan que se garantice la jubilación anticipada y la parcial como fórmula alternativa al despido en las empresas en crisis.

Estos son los principales escollos del diálogo que para algunos miembros del Gobierno podría materializarse en pacto social en los primeros días de febrero. El día 1 se reunirán los órganos decisorios de UGT y CCOO que prepararán, si fuera necesario, una estrategia de confrontación.

SEGUIR NEGOCIANDO El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, dijo ayer que esta central está poniendo "todo el esfuerzo en alcanzar un acuerdo social", aunque los avances realizados son "insuficientes". CCOO prefiere que antes de tomar una decisión al respecto, el Gobierno descubra sus cartas.