No solo los partidos políticos comienzan a prepararse para la campaña electoral y los sindicatos y las patronales también afilan sus argumentos de cara a los comicios del 28 de abril. Uno de los caballos de batalla de CCOO y UGT será una promesa incumplida en la legislatura que acaba: la derogación por parte del Gobierno de algunos de los aspectos más lesivos para los trabajadores de la reforma laboral del PP.

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, evitaron dar ayer por perdida toda posibilidad de derogarla, aunque las referencias en pasado y las críticas veladas al Ejecutivo permiten leer entre líneas. «No ha habido una negociación real [sobre la contrarreforma]», denunció el líder de CCOO en referencia al Gobierno, al que ambos sindicalistas evitaron criticar con dureza. «No seremos nosotros quienes le hagamos la campaña a la derecha», añadió su homólogo de UGT, que también cargó responsabilidades sobre los partidos de la moción de censura, «algunas veces porque alguien pedía más y algunas veces porque alguien pedía menos».

CCOO y UGT destacaron «las luces y sombras» durante los nueve meses de Sánchez en materia laboral y «sobre todo la falta de diálogo social». Las centrales únicamente se manifestaron satisfechas con la recuperación del subsidio para desempleados de larga duración mayores de 52 años y la subida del salario mínimo a los 900 euros. Del resto achacan falta de concreción.

La patronal CEOE, por su parte, presentó el miércoles su batería de propuestas a los partidos, mostrando su rechazo a la contrarreforma y exigiendo reducir «la presión fiscal empresarial», por la vía del impuesto de sociedades, los tipos marginales del IRPF o la eliminación del impuesto sobre el patrimonio.